Laguna sagrada en lo alto de los Andes, lugar de ritos indígenas y frailejones. Espacio abierto para contemplación, en medio de los riscos y la niebla… Allí habla la voz del viento para los que guardan silencio.

Por la vía a Guasca, a hora y media de Bogotá, se inicia el ascenso al páramo de Chingaza. Allí el sendero nos llevará hasta la laguna después de tres horas de caminata. El clima es frío, húmedo y puede llover. Debes llevar ropa abrigada, guantes, impermeable, gorra, protector solar, almuerzo y mucha energía para gozártela.